Usar lana de oveja de baja calidad y darle una revalorización a través de un proceso productivo enmarcado en la sostenibilidad agrícola, la economía circular y la gestión ambiental es lo que se encuentra realizando el Centro Ovisnova de la Universidad Santo Tomás a través del proyecto Lana Fertilizante, Economía Circular y Regenerativa, financiado por el Fondo de Innovación para la Competitividad del GORE O’Higgins y su consejo regional.
El proyecto busca fomentar la circularidad en el sector ganadero, mediante la transformación de un subproducto que actualmente se desecha o se vende a precios muy bajos, como lo es la lana ovina de razas carniceras, en un insumo valioso para la creación de un biopreparado fertilizante. Este biopreparado busca aprovechar el buen contenido de nutrientes para las plantas que presenta la lana, y está pensado para ser usado como fertilizante foliar en praderas naturales de los mismos sistemas ovinos desde donde se obtiene la materia prima para su elaboración, constituyendo una vía para mejorar la sostenibilidad del rubro.
Es importante destacar que a través de esta propuesta, el Centro Ovisnova tiene la oportunidad de investigar y transferir conocimientos y técnicas avanzadas en agricultura y ganadería sostenible a productores ovinos del secano central, además de generar un impacto positivo en la generación de competencias en nuevas generaciones de productores de este territorio. “Trabajamos directamente con jóvenes rurales de O’Higgins, fomentando la gestión ambiental a nivel productivo entre los productores de secano. Estamos liderando la promoción de prácticas ganaderas sostenibles y proporcionando a los jóvenes rurales habilidades y oportunidades para un futuro más sostenible”, afirma Marcela Gómez Ceruti, directora del proyecto y directora del Centro Ovisnova.
Visión a futuro
Giordano Catenacci, investigador del Centro Ovisnova señala que este proceso de investigación ha demostrado resultados prometedores, logrando prototipos con buenos niveles de nutrientes y validando el efecto del biopreparado como fertilizante foliar en praderas naturales, pero además ha tenido éxito en hortalizas de hoja y plantas ornamentales. “Nuestra participación no solo impulsa la innovación, sino que también demuestra el papel activo que debemos desempeñar en la lucha contra el cambio climático, aprovechando todos los recursos disponibles que nos entregan los sistemas productivos para reducir la dependencia por insumos externos. Estamos formando agentes de cambio entre los jóvenes rurales, en los cuales caerá la responsabilidad de lograr la adaptación de los sistemas ovinos al nuevo contexto climático” subraya Marcela Gómez Ceruti, Médico veterinario y especialista en producción y reproducción ovina.
