Yaku, la startup fundada por científicas que busca rescatar las aguas grises mediante un reactor de microorganismos

Equipo de Yaku.
Equipo de Yaku.

Mediante biofiltros que contienen microorganismos que reaccionan al oxígeno, el emprendimiento logra que en entre 12 a 24 horas el agua gris sea apta para la reutilización. La idea es aliarse con el rubro de la construcción, para instalar sus reactores en empresas, establecimientos y condominios.

SANTIAGO, JULIO de 2023. En tiempos donde la sequía y el cambio climático impera, para muchas personas un acto tan sencillo como lavar la loza puede dejar con una sensación de despropósito, por el hecho de gastar tanta agua en un proceso tan simple y cotidiano. Y en cifras es todavía peor: según estadísticas de gobierno, una familia puede gastar cerca de 80 litros diarios por concepto de preparación de comida y lavado de vajilla; mientras que otros 150 litros se irían en lavado de ropa y similares.

Bajo esa problemática de las “aguas grises”, dos científicas buscaron crear una solución capaz de escalar a nivel industrial, usando microorganismos para reutilizarla. Así nació Yaku, una startup que busca llevar sus reactores de tratamiento de agua a todo el país.

Camila Cárdenas Calderón, bioquímica, conoció a Valentina Veloso Giménez, ingeniera en bioquímica, mientras hacían un doctorado en la Universidad Católica. Allí, comenzaron a idear la tecnología de Yaku (‘agua’ en Quechua), que en propias palabras de Cárdenas, “se basa en una mezcla de microorganismos, que solo usa oxígeno para reaccionar a los contaminantes del agua y tratarlos en entre 12 y 24 horas”.

La startup de base tecnológica ve en su mezcla de microorganismos la oportunidad de impactar a todo el sector de la construcción, ya que, según dicen, es mucho más eficiente que otros mecanismos de tratamiento de aguas grises que, o se aplican a muy pequeña escala, o tienen procesos muy poco eficientes, como los lodos activados.

El reactor

Pero, ¿cómo se materializa el biofiltro? En simples palabras, se trata de un estanque que en su interior posee una especie de cesta, donde se alberga la mezcla de microorganismos. En ese reactor, que en general posee una capacidad de 10 mil litros, se lleva el agua usada en lavadoras y cocinas, que se almacena durante 12 o 24 horas y queda lista para su reutilización.

Cárdenas explica que la instalación de los reactores implica una “cirugía mayor” en las constricciones, por lo que es un producto “no tan pensado para las viviendas ya construidas, porque es muy caro para las familias. Apostamos a introducir la innovación en el diseño de las viviendas, condominios o edificios de empresas. Es decir, establecer alianzas con las constructoras”.

A la fecha, los biofiltros de Yaku ya están presentes en unas 60 casas, entre la Cuarta, Quinta y Región Metropolitana. Además, el programa de residencias del HUB Providencia (dependiente de la Dirección de Desarrollo Local Municipalidad de Providencia), permitió que uno de sus biofiltros funcione en el piso -1 de la construcción, que además facilita que vecinos del sector laven su ropa gratis, para reducir el impacto en el consumo de agua. Por otra parte, una alianza permitió la instalación de otro reactor en el Portal La Dehesa, donde se intervinieron todas las redes para que pudiera operar.

Futuro

Según detalla la cofundadora, las prioridades de la startup están en seguir mejorando el compuesto de microorganismos y proteger la tecnología con una patente, tanto nacional como en el extranjero. “Estamos definiendo los países para presentar la patente. Europa es prioridad, pero falta identificar los mercados específicos que podrían ser más idóneos, para luego generar alianzas e internacionalizarnos”, explica Cárdenas.

En un plano más local, la startup espera cerrar a corto plazo una alianza que materialice el primer condominio construido desde su origen para reutilizar sus aguas grises con un reactor de Yaku. Tras eso, afianzarse en el área de la construcción, para multiplicar sus ventas y luego buscar la presencia en el exterior.

En cuanto al capital, el equipo compuesto por seis personas utiliza fondos de Corfo para continuar con la investigación y desarrollo. Sobre levantar capital privado, dicen, recién podría evaluarse cuando hayan conseguido las patentes en Europa. “Nuestra meta es acumular el mayor valor posible antes de levantar capital. Nos interesa mantener el control de la startup”, cierran.


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