Conversar con Edmundo Casas sobre temas tan especiales como inteligencia artificial, metaverso, programación, y emprendimiento, es como estar tomándose un té en el living de la casa. Simple, directo y honesto, así es este ingeniero civil electrónico, MSc, PhD(c) en IA, creador de Casas Lab y fundador de Kauel.
Lo primero que nos impresiona es cómo nace su pasión por la tecnología. Algo que para muchos puede sonar trivial, pero que para Edmundo fue lo que cambió su visión del mundo.
“Cuando era pequeño vivía con mi papá en el campo de mi abuela. Esta era una casa antigua de campo de esas grandes. Pasaba un río por el lado y había una rueda en el fondo que giraba con la corriente. Siempre la miraba y me preguntaba por qué estaba esa rueda ahí en el río. Fue entonces cuando mi abuela me contó que básicamente esa rueda lo que hacía era permitir la generación eléctrica y con eso se encendían las ampolletas y que mi abuelo daba energía a la casa con eso. Pero mi abuelo ya no estaba, había muerto y lo que pasaba era que las ampolletas no se encendían, por lo que todas las noches usábamos vela”, evoca con nostalgia Edmundo en entrevista con Entreprenerd.
“Y era como extraño escuchar esa historia de la famosa rueda y por otro lado ver que no había energía eléctrica, las ampolletas no se encendían y tú en la noche estabas con vela. Cuando cumplí 5 o 6 años, en esa época tú entrabas al colegio, hoy día los niños entran mucho más temprano, y nos fuimos a San Pablo, que es un pueblo chiquito. Y una de las cosas que me sorprendió es cuando encendimos la luz… yo apreté el interruptor y se encendió una ampolleta en este pueblo, entonces para mí eso fue magia”, recuerda.
“En vez de tener que iluminarte en la noche encendiendo, en el campo, con un fósforo ó una vela, la luz se encendía con un interruptor, y eso era como mágico. Y eso fue como ¿dónde está la rueda? Porque en el fondo aquí tú no veías que algo giraba y generaba energía eléctrica, y después te das cuenta que hay cables y esos cables se conectan a una rueda que está en algún lado, y que es la que genera la energía. Y eso me motivó mucho en temas de descubrir”, explica Casas.
Fue así como nació la chispa, entre su experiencia viviendo en el campo junto con su lectura sobre “La historia de las matemáticas” de Ian Steward, esto fue la mezcla perfecta para su visión “simple” de esta materia. “Siempre fui muy bueno para la matemática, fui el primer alumno de mi curso por años y creo que tiene que ver justamente porque las cosas las veía muy simple. Por eso creo que cuando tú tienes una vida sana desde el punto de vista de entender las cosas desde la naturaleza, es mucho más simple comprender después la teoría”.
Todo esto lo llevó con los años a ingresar a la Universidad Federico Santa María de Valparaíso, la carrera de Ingeniería civil electrónica. “Entré al departamento de electrónica a estudiar en la generación del año 98”.
Edmundo es un convencido de que también las personas que uno va conociendo en la vida pueden ser parte importante de tu propio camino. “Como ayudante de física en la USM, le tocó trabajar en el departamento de física con profesores como el obispo y científico, José Rodríguez, quien además era director del departamento y que en 2014 recibió el Premio Nacional de Ciencias”, sostiene.
Agrega que, “Cuando tú en el fondo te relacionas con científicos de primer nivel en una universidad como la Universidad Técnica Federico Santa María (USM), vas forjando a través del nivel de exigencia, siendo capaz de mezclar todo lo que tiene que ver con ondas y matemáticas, y entender cómo funciona el mundo. La verdad eso es bien enriquecedor”.
REDES NEURONALES A UN HOLOGRAMA EN 3D
Mientras se sumergía en el mundo de las redes neuronales, cuando el tema de inteligencia artificial eran sólo temas de ciencia ficción hechas por Hollywood, Edmundo conoce a quien hoy es su socio en Kauel: Cristian Romero.
“Con Cristian trabajamos en el desarrollo de un software para resolver modelos de cadenas de Márkov de parámetros crítico y continuo para resolver sistemas de telecomunicaciones”, comenta.
Fue en 2007 cuando tras estar trabajando con cadenas de Márkov, se les ocurrió la idea de hacerlas en tres dimensiones. “Prácticamente esto permitía visualizarse como si fuese una molécula. Y cuando se veían tres dimensiones, a nosotros se nos ocurrió cómo esto lo podíamos ver en un espacio tridimensional y creamos un holograma”, explica.
Agrega que, “para representar estas cadenas de Márkov en tres dimensiones, nos metimos al método de imágenes para poder construir nuestra dimensión en el software y verla en 3D como holograma. Así nace el holograma que nosotros queríamos en Kauel en esa época. Y con ese holograma después nace Kauel”.
“Y es simpático porque el holograma se hizo muy reconocido y nos compraron y así creamos el primer emprendimiento. Entonces estos hologramas están hoy día instalados en museos para hacer representaciones, tales como el MIM, el Museo de las Adicciones en México y hasta en Las Vegas (…) Pero esto venía de este tema de la red neural y la cadena de Markov, así nace la historia”, relata Edmundo.
DE HOLOGRAMAS A VIDEOJUEGOS
Y así fue como tras dar vida a los hologramas, estos ingenieros se fueron al mundo de los videojuegos. “Nos metimos muy fuerte, hicimos nuestro propio motor de videojuegos. En esa época no existía Unity, no existía Unreal, que son plataformas que se utilizan hoy día para hacer videojuegos o realidad virtual, realidad aumentada, los metaversos”.
“Construimos y creamos nuestros propios sistemas de realidad aumentada, nuestros propios sistemas de videojuego como base. Y en esa época era algo demasiado, demasiado atractivo y demasiado exclusivo. En esa época lo vendíamos caro y muy poca gente lo tenía”, sostiene.
“Luego, nos presentaron algunos desafíos, que tenían que ver con detectar fallas y todo lo demás. Y ahí llegamos a la Visión Artificial, que la Visión Artificial también se puede resolver con redes neuronales”, recuerda Casas.
DE SONY A KAUEL
Corría 2007, y tras trabajar en Sony, Edmundo quiso seguir un camino independiente y usar todo el background obtenido en los últimos años para aplicarlo en Kauel, su proyecto junto a Cristián.
“El 2007 tomo la decisión de renunciar a Sony para crear Kauel. Y esto es interesante porque cuando tú estás en una compañía como Sony es fácil que la gente te reciba, porque eres un ingeniero de Sony (…) Y cuando tomo la decisión de renunciar, ocurre que prácticamente escribía como Edmundo Casa, y nadie me respondía. Entonces ya no era el señor de Sony, sino que era cualquier persona”, confiesa.
Casas relata que fue un momento duro, difícil, en el cual no les fue bien, pero que a pesar de todos los inconvenientes y problemas que enfrentaron nunca se rindieron, “era muy difícil que la gente te comprara de que tú en el fondo podías hacer tecnología desde Chile para el mundo, pero creo que es muy importante el nunca rendirse”.
DESDE ANTONIO VARAS A STANFORD
Para poder financiar a la naciente Kauel, Edmundo comenzó a hacer clases en la sede Antonio Varas de Duoc, donde junto a Hernán Ramírez desarrollaron un centro técnico y tecnológico, para apoyar la innovación y el emprendimiento, dos conceptos que por aquellos años eran completamente nuevos.
“Entonces tuvimos unas salas en el Duoc de Antonio Vara, donde Kauel tenía sus temas instalados. Allí instalamos el primer holograma, las imágenes estaban flotando arriba y la gente las miraba por la noche. Y así comenzamos con Cristán, desarrollando Kauel”.
Pero fue la creación de una pulsera, la primera en su estilo en Chile, los llevó al retail de la mano de Falabella, sin embargo, esto significó su primer tropiezo.
“Hicimos unos videojuegos que lanzamos en Falabella. Fueron los famosos Kets. Los Kets eran las mascotas de Kauel. éramos como el Kinect más masivo (…) Pero en esa época no se entendía mucho esto, entonces mandamos a fabricar 10.000 pulseras que se conectaban a tu computador, traían los videojuegos de Kauel y la cámara del computador te reconocía los movimientos del cuerpo (…) pero nadie las compró, porque nadie entendía el concepto de visión artificial, de reconocer el movimiento del cuerpo, porque te estoy hablando de eso del año 2010. Estábamos fuera de tiempo”.
Tras esto y gracias a su conexión con Oscar Solari, logra ir a EEUU para conocer lo que hace Qualcomm, para luego quedarse estudiando en California, y posteriormente pasar a la Universidad de Stanford.
“En Stanford, me cambia la visión de la perspectiva del mundo, el desarrollo de negocios, cómo construir un modelo de negocio, que lo técnico no es lo predominante, sino es cómo tú usas la técnica para aportar en la vida a las personas y por lo tanto, eso transferirlo y transformarlo en negocio. Y literalmente eso en mí genera un cambio. Entonces, de tal manera que cuando yo vuelvo a Chile, Kauel cambia completamente. Eso ya en el año 2016”, sostiene.
EL NUEVO KAUEL 2016
Tras desvincularse completamente de Duoc, Casas empiezo a desarrollar 100% Kauel bajo los modelos de negocio, de una manera inteligente de cómo monetizarlo, “ahí Kauel empieza a crecer”.
“Kauel tenía cosas muy potentes, pero no vendía tanto. Y desde el 2016 eso empieza a cambiar con esta otra mirada, digamos, de mirar desde otra perspectiva el mundo. Y el 2018, Kauel levanta una primera ronda de inversión, justamente porque los modelos de negocio eran atractivos, no tenían nada que ver con el Kauel anterior”, sostiene Casas.
“Y después de eso, nos metemos en el mundo industrial. Y ahí llegamos al mundo de la energía, del petróleo, con los sistemas de visión artificial. Y también tiene que ver con un foco de mercado”, explica.
Es gracias a este cambio de visión, que hoy Kauel es una compañía muy atractiva en términos de la ejecución de las ventas y el crecimiento real.
En palabras de su cofundador, para este 2024, “lo que se viene es un crecimiento muy fuerte en ventas. No me cabe duda que Kauel va a ser la compañía más grande de tecnología de Chile y, por qué no, del mundo en los próximos años”.
Revisa la entrevista completa en nuestro video.
