"Dinero en la Era Digital": Javier Vergara, Cofundador en FinKratt

Durante siglos, el efectivo ha sido el rey de los pagos. Es simple, ampliamente aceptado y fácil de usar. Además, todas las monedas o billetes son iguales, son completamente intercambiables. Pero seamos honestos, el efectivo tiene su buena cuota de problemas:

● Difícil de Rastrear: Nadie anota cada pequeña cosa que compra con efectivo. Incluso si lo intentas, es un trabajo manual y lleno de errores.

● Molesto de Manejar: En serio, ¿a quién le gusta llevar monedas? Especialmente esas pequeñas que siempre parecen desaparecer.

● No Seguro para Grandes Transacciones: Perder algunas monedas es molesto, ¿pero perder un fajo de dinero? Eso es una pesadilla.

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● No Siempre Aceptado: Cada vez más empresas, especialmente las que están en línea, ya no aceptan efectivo. Los gobiernos tampoco ayudan, con normas que dificultan su uso.

Pero aquí está el asunto: incluso con todos estos problemas, el efectivo tiene una enorme ventaja que las tarjetas y los pagos digitales no tienen: la privacidad. Cuando usas efectivo, no hay rastro digital. Nadie está rastreando tus gastos, vendiendo tus datos o usándolos para comercializar cosas para ti.

Con los pagos digitales, los riesgos son reales:

● Seguimiento y Perfilación: Hay una historia loca sobre una adolescente que recibió anuncios de embarazo debido a sus hábitos de compra, incluso antes de que su familia supiera que estaba embarazada.

● Violaciones de Datos: Los hackers siempre están atacando bancos y compañías de pagos, y los datos personales se filtran todo el tiempo.

● Congelación de Cuentas: Los bancos e incluso los gobiernos pueden bloquear tu cuenta cuando les apetezca. Solo pregúntale a los camioneros canadienses de 2022 cuyas cuentas fueron congeladas durante las protestas.

Y no olvidemos lo fácil que es gastar en exceso con las tarjetas. Los estudios muestran que las personas son más cuidadosas con el efectivo porque entregar físicamente dinero se siente más real. Lo he probado, y es cierto, ahorro más cuando me ciño al efectivo.

Dicho esto, usar efectivo no es perfecto. Puede ser un dolor de cabeza para administrar, y no he encontrado ninguna aplicación que lo haga más fácil. Esto parece una gran oportunidad para que alguien cree herramientas para ayudar a las personas a manejar mejor el efectivo.

Así que emprendedores, tomen nota. Especialmente en regiones como América Latina, donde el efectivo sigue siendo la principal forma de pago, hay una gran oportunidad para innovar. Imagina una herramienta que haga el seguimiento y la gestión del efectivo sin esfuerzo, ofreciendo a las personas lo mejor de ambos mundos: la privacidad del efectivo con la comodidad de las herramientas digitales. Es un problema esperando una solución, y el mercado está listo para ello.