Por: Jovanka Trebotich, coordinadora de innovación Know Hub Chile
En el ámbito de la innovación y la propiedad intelectual, la brecha de género persiste como uno de los retos más significativos del siglo XXI. A pesar de los avances en la participación femenina en el registro de patentes a nivel internacional, un reciente estudio de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI) nos recuerda cuán lejos estamos de alcanzar la paridad de género. Aunque la participación de las mujeres en las solicitudes de patentes internacionales ha aumentado del 13% al 23% entre 1999 y 2020, la igualdad plena no se espera hasta alrededor del año 2061 si se mantienen las tendencias actuales.
Este lento avance refleja no solo las barreras culturales y estructurales que aún enfrentan las mujeres en campos dominados por hombres, sino también la variabilidad de la participación femenina entre diferentes regiones y sectores. Es notable que las mujeres tengan una representación significativamente más alta en áreas como la biotecnología, la química alimentaria y la farmacéutica, mientras que campos como la ingeniería mecánica ven una participación mucho menor.
Otro aspecto relevante es el entorno en el que las mujeres inventoras suelen encontrarse; son más prevalentes en el ámbito académico que en el sector privado, y frecuentemente trabajan en equipos mayoritariamente masculinos o por su cuenta. Este patrón subraya la necesidad de políticas y programas que no solo fomenten la entrada de mujeres en la innovación, sino que también creen entornos de trabajo más inclusivos y equitativos.
A medida que conmemoramos el Día Internacional de la Propiedad Intelectual, es esencial reconocer y abordar estas disparidades. Organizaciones como la OMPI ya están implementando iniciativas diseñadas para promover una mayor inclusión de las mujeres en la innovación, pero es claro que se requiere un esfuerzo sostenido y ampliado. La implementación de políticas inclusivas no sólo beneficiará a las mujeres, sino que también enriquecerá el ecosistema global de la innovación, al asegurar que se aprovechen todas las mentes creativas, independientemente de su género.
La ruta hacia la igualdad de género en la innovación y la propiedad intelectual es larga y está llena de desafíos, pero con cada paso adelante, nos acercamos un poco más a un futuro donde las habilidades y talentos de todos sean valorados por igual. Es imperativo que continuemos este camino con determinación y esperanza, buscando no solo alcanzar la paridad numérica, sino también asegurarnos de que cada inventor, sin importar su género, tenga las mismas oportunidades de éxito y reconocimiento en su campo.
