La historia de Nanolife es un ejemplo de cómo una crisis puede ser el caldo de cultivo para la innovación. Al comienzo de la pandemia, la empresa emergió en el escenario chileno con una propuesta revolucionaria: mascarillas autodesinfectantes basadas en la nanotecnología de cobre y plata.
Este producto no solo respondió a una necesidad inmediata de protección personal sino que también demostró el vasto potencial de la nanotecnología en aplicaciones cotidianas. Aprovechando el ímpetu inicial, Nanolife se embarcó en un viaje de exploración y desarrollo para extender su uso de la nanotecnología más allá de las mascarillas.
Redefiniendo la limpieza del hogar
El resultado de esto fue una innovación para la empresa, al enfocarse en el desarrollo de productos de limpieza para el hogar, a través de su laboratorio, que incorporan nanocápsulas para una limpieza profunda y sostenible. Este avance representa un cambio paradigmático en la industria, ofreciendo a los consumidores una alternativa más verde y eficiente.
“Decidimos consolidar nuestro laboratorio de nanotecnología y empezar a desarrollar nuevos componentes para nuevos problemas. En pandemia, solucionamos y ofrecimos un problema que era una mascarilla de alta protección para cuidar a las personas. Y hoy día nos fuimos a un foco totalmente sustentable, donde nuestra propuesta viene a solucionar un problema de raíz que son el uso indiscriminado a plásticos de un solo uso”, relata Marcelo Olivares, fundador de Nanolife en entrevista con Entreprenerd.
De una nanotecnología enfocada a la desinfección, pasaron a una nanotecnología orgánica, donde están trabajando con componentes orgánicos como son aceites esenciales, extractos de plantas. “En los productos actuales estamos ocupando nanotecnología para desarrollar un nano limpiador a partir de un desecho, como es el aceite de la cáscara de la naranja (…) Nosotros aprovechamos este desecho y creamos un súper limpiador de tamaño muy pequeño”, resalta Olivares.
El fundador explicó que la introducción de las nano recargas es, quizás, la innovación más significativa de Nanolife hasta la fecha. Esto es porque estas recargas concentradas, diseñadas para disolverse en agua, marcan un antes y un después en la forma en que pensamos sobre el consumo de productos de limpieza y el impacto ambiental asociado.
Al minimizar el uso de plásticos y maximizar la eficiencia del producto, Nanolife no solo aborda la crisis ambiental sino que también ofrece a los consumidores una solución práctica y económica.
Sostenibilidad como piedra angular
El compromiso de Nanolife con la sostenibilidad es evidente en cada aspecto de su operación. Desde el uso de materiales biodegradables hasta la reducción de residuos plásticos, la empresa se esfuerza por minimizar su impacto ambiental.
La innovación de las nano recargas es un claro reflejo de esta filosofía, permitiendo a los consumidores reutilizar sus envases y reducir su huella de carbono, donde ya están planeando su próxima ronda de financiamiento en 2024.
El objetivo es expandir su línea de productos como también consolidar su presencia en el mercado como líderes en soluciones de limpieza sostenibles. Y es que al poder enfrentar problemas cotidianos con soluciones sostenibles y avanzadas, Nanolife apunta a cambiar la forma en que limpiamos nuestros hogares y cuidamos de nuestro entorno.
