Kombuchén: La bebida probiótica con frutos nativos y sostenible de la Patagonia

Kombuchén, la iniciativa apoyada por Corfo busca promover una bebida probiótica con frutos nativos y botellas retornables.

En un país donde el consumo predominante recae en alimentos como pan, carne y bebidas gaseosas, y la alarmante prevalencia de sobrepeso y obesidad es evidente, emerge una alternativa novedosa y saludable para el consumo: Kombuchén. Esta iniciativa, respaldada por Corfo a través del programa Semilla Inicia, tiene como objetivo abordar los problemas de salud pública y ambiental derivados de la mala alimentación y el uso excesivo de plástico.

Kombuchén es una bebida probiótica gasificada con miel natural, saborizada con frutos silvestres de la Patagonia como maqui, calafate, cauchao y murta, tres de ellos catalogados como superfrutas debido a su alto contenido en antioxidantes.

Estos frutos presentes en la Región de Aysén no solo ofrecen amplios beneficios para la salud, sino que también estimulan la economía local. La estrategia de venta de Kombuchén se basa en la retornabilidad, promoviendo la salud de los consumidores al mismo tiempo que reduce la generación de residuos plásticos.

Francisco Quinán Cárdenas, creador de Kombuchén, explicó cómo surgió la idea de crear esta bebida.

“En un inicio, me dedicaba a la elaboración de cerveza. Sin embargo, al descubrir las similitudes entre la kombucha y la cerveza, así como los beneficios para la salud de la primera, me planteé la posibilidad de explorar esta nueva dirección”, explicó.

Agregó que, “Adquirí el SCOBY y comencé a experimentar (El SCOBY, cuyas siglas en inglés significan Simbiotic Culture Of Bacteria and Yeast, es decir, cultivo simbiótico de bacterias y levaduras,  constituye la porción sólida que flota en el cultivo, albergando la mayoría de las bacterias y levaduras responsables del proceso de fermentación)”.

El fundador de la región de Aysén sostuvo que, “En ese momento, conocí a la señora Zoila Garay de productos “La Baguala”, quien poseía un poco de maqui. A pesar de que planeaba desecharlo, optó por regalármelo para que hiciera un invento con él. Acepté el desafío y decidí crear una kombucha de maqui, agregando miel para gasificar la bebida. Los resultados hablan por sí mismos”.

Gracias al respaldo de Corfo, Francisco pudo validar técnica y comercialmente el producto, contratar a un diseñador gráfico, analizar la bebida para determinar su información nutricional y establecer un sitio web donde comparte información científica sobre la kombucha y sus ingredientes.

Humberto Marín Leiva, director de Corfo Aysén, detalló el objetivo de respaldar esta iniciativa. “El programa Semilla Inicia de Corfo apoya el desarrollo de emprendimientos innovadores en etapas tempranas, proporcionando financiamiento, mentorías y capacitaciones para validar modelos de negocio, crear prototipos y acceder a redes de contactos clave”.

Agregó que, “Sabemos que esta bebida está ganando popularidad gracias a sus beneficios para la salud y desde Corfo, creemos que esta iniciativa, es una muestra de cómo desde Aysén se puede impulsar la innovación, el emprendimiento, la economía circular y el desarrollo de la industria alimentaria en el país”.

Agregó que Kombuchén emerge como una innovadora solución en el mercado de bebidas saludables, abordando de manera integral los desafíos de salud y medioambientales en Chile con una propuesta única y un sólido compromiso con la salud y la sostenibilidad.

ORIGEN Y PROCESO DE PRODUCCIÓN

Hasta el 2022, Chile ocupó el primer lugar en porcentaje de sobrepeso u obesidad de la OCDE, superando a Estados Unidos con un 67,7% de su población de 15 años o más. Además, es uno de los países con mayor consumo de bebidas azucaradas, lo que acarrea graves problemas de salud y medioambientales. Para contrarrestar esta problemática, la kombucha Kombuchén se presenta como una alternativa saludable y sostenible.

La kombucha, originaria de China y consumida desde hace al menos 2.240 años por el humano, es una bebida derivada de la fermentación del té endulzado. En tiempos recientes, ha ganado popularidad en todo el mundo gracias a sus efectos antioxidantes, antidiabéticos y beneficiosos para el tratamiento del colesterol alto y la desintoxicación del hígado. Sus efectos positivos se atribuyen a su contenido de microorganismos probióticos, ácidos orgánicos, aminoácidos, vitaminas y polifenoles, además de una serie de micronutrientes.

SALUD Y COMPROMISO CON LA SOSTENIBILIDAD

La novedad de Kombuchén reside en fusionar las propiedades de esta bebida milenaria con sabores únicos de los frutos silvestres patagónicos; la gasificación lograda mediante miel natural y la elección de envases ámbar, que conservan por más tiempo sus propiedades antioxidantes y evitan a la vez el uso de envases plásticos. Es un producto artesanal, confeccionado con una meticulosa atención a cada detalle, desde la higiene de las botellas hasta el procedimiento manual que busca alcanzar la máxima calidad posible.

“Kombuchén aspira a generar una huella de carbono negativa, promoviendo la conciencia ambiental al evitar el uso de plástico y destacando los beneficios de consumir productos naturales”, explica Francisco, invitando a otras personas a que se atrevan a emprender. “Hay que aprovechar los recursos locales, como el agua que es abundante y los frutos silvestres en la región, como el calafate y el maqui”, reforzando su compromiso con la sostenibilidad. 

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