Tatuarse en Chile ya es una cosa cotidiana. Según estudios, alrededor de 4 de cada 10 personas del país entre los 25 y 34 años ya cuenta con uno, y en promedio poseen tres tatuajes per cápita. Pero así como someterse a la aguja y la tinta es usual, también es cotidiano el fenómeno de arrepentirse, al punto de que se estima internacionalmente que el 60% de las personas se lamenta de alguno de sus tatuajes luego de cinco años de realizarlo.
Hoy en día existen y se expanden servicios que apoyan el borrado de los tatuajes, procedimientos cada vez más demandados que requieren de supervisión experta y tratamientos con láser. Sin embargo, en Chile, una startup científica trabaja para desarrollar un producto que haga lo mismo, pero sin necesidad de supervisión ni tratamientos programados: un “simple” tópico.
Se trata de Inkmunotattoo, una biotech fundada por Francisca Tolmo Archile (CEO) y Brian Rojas Aguirre (CTO), ambos ingenieros en Biotecnología de la Universidad Andrés Bello.
Según relata su fundadora a Entreprenerd, su proyecto consiste en “un principio activo capaz de interactuar con el pigmento de la tinta negra. Éste se une al pigmento y genera una reacción, degradándolo en pedazos pequeños, para con el tiempo hacerlo en su totalidad”.
Del laboratorio a la célula
La biotecnóloga detalla que a la fecha ya han logrado constatar la eficacia de su principio activo contra el pigmento de la tinta negra en condiciones de laboratorio, y que en 2024 el desafío es llevar su desarrollo al testeo en la célula, o con humanos.
Pero para entender mejor, ¿por qué es que la tinta de un tatuaje es permanente? Al hacernos un tatuaje, las agujas de la máquina producen una herida en la piel que activa el sistema inmune. Allí entran en acción las células encargadas de eliminar y evitar la proliferación de la tinta por el organismo, los macrófagos. Estas combatientes encapsulan los pigmentos de la tinta, pero a causa de que son insolubles y de gran tamaño, los macrófagos no logran expulsar el pigmento y se mantienen en el interior de la célula. Y cuando ésta muere, expulsa al pigmento y nuevamente el macrófago llega a encapsularlo. Ese loop o ciclo sin fin es el que asegura la persistencia del tatuaje.
El tópico que está diseñando Inkmunotattoo busca ser un serum, gel o crema que rompa ese ciclo, logrando la degradación paulatina y el borrado del tatuaje en cosa de semanas. La CEO de la startup detalla que “todas las tintas tienen pigmentos distinos, por eso nosotros en primera instancia nos enfocaremos en los tatuajes de tinta negra, que son los más comunes”.
Tras conseguir un Corfo semilla, la startup tuvo fondos para comprar los insumos, operar en unos laboratorios de la Unab y validar la reacción que causaba el principio activo en el pigmento. Ahora, Tolmo enfatiza que “esperamos adjudicarnos un fondo de 120 mil dólares (Startup Ciencia) para trabajar al menos 12 meses desarrollando la tecnología, para alcanzar un TRL4 o 5 y llegar a una formulación que pueda ser patentada. Esperamos poder presentar una patente provisional al inapi para 2024”.
“Al mediano plazo esperamos poder estar vendiendo el producto de forma directa a los primeros clientes interesados a nivel nacional y comenzar a escalar la tecnología. A largo plazo esperamos poder entrar al mercado internacional. Nuestro primer objetivo internacional será el mercado de borrado de tatuajes de EEUU”, cierran desde la startup.
