Además de ser el mayor ecosistema del planeta, representando a casi un 70% de la superficie terrestre, el sistema oceánico que baña nuestras costas posee el 94% de la fauna mundial y el 97% del agua disponible.
Y sin embargo, no sabemos nada de ellos. O muy poco, según los especialistas: por diversos motivos, tan sólo el 5% del total de mares y océanos del planeta Tierra ha sido explorados, siendo sus fosas los lugares más misteriosos.
Por eso el Instituto Milenio de Oceanografía, centro dedicado al estudio y exploración del océano profundo y abisal, incluyendo islas oceánicas y la Fosa de Atacama, decidió enfocarse en este último hito submarino para desarrollar un videojuego móvil: “Audacia: Desafío Hadal” -descargable en la Google Play y AppStore– donde el jugador explora las profundidades de dicha fosa, descubriendo especies y algo más de ese 5% que conocemos.
“El videojuego constituye una oportunidad única y maravillosa para llevar la ciencia que se hace en Chile hacia los niños de nuestra sociedad, porque además las protagonistas del juego son las especies chilenas”, cuenta Osvaldo Ulloa, director del IMO y líder de las expediciones Atacamex y Atacama Hadal.
De hecho “Audacia: Desafío Hadal” se inspira en las exitosas expediciones oceanográficas a la Fosa de Atacama que el IMO ha realizado en los últimos años. Luego, esa idea se transformó en el proyecto ganador del concurso Ciencia Pública, financiado por el Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación.
Son en esos ecosistemas inhóspitos de las fosas oceánicas donde se desarrolla la acción del juego: el player arma su equipo y desciende a las profundidades hadales -en referencia a la zona que supera los 6.000 metros de profundidad – descubriendo en el camino a los sorprendentes organismos que habitan en ella.
Esa es la idea de este videojuego: ser una herramienta educativa que los profesores podrán utilizar en las aulas para complementar los contenidos curriculares de Ciencias del Mar, puesto que favorecerá el aprendizaje de una forma alternativa y pedagógica de buena parte del conocimiento adquirido a lo largo de estos años de investigación y exploración del océano profundo y de la Fosa de Atacama.
“Estamos muy satisfecho por haber superado la difícil tarea que supone adaptar el contenido educativo a un formato atractivo y entretenido sin perder rigurosidad científica”, precisó Edwin Rodríguez, director del proyecto.
